Un monasterio budista con estupas en una antiguo palacete con capilla católica intacta. Solo por ese contraste, armónico aunque no lo parezca, ya vale la pena acercarse hasta la casa espiritual de la comunidad Sakya Tashi Ling, que se abre a los visitantes de miércoles a domingo, y también festivos. De hecho, se ofrecen visitas guiadas tanto por la mañana como por la tarde –tenéis todos los detalles y precios en su web.

Os ponemos en situación y contexto. El monasterio busdista del Garraf se ubica en el Palau Novella, una finca que originalmente ocupaba 500 hectáreas y que era propiedad de Pere Domènech Grao, uno de los famosos ‘americanos’ de Sitges que hizo fortuna en Cuba. La mansión o casa principal la proyectó el arquitecto Manuel Comas y se inauguró en 1890. De estilo pretencioso, propio de un megalómano, con algunas paredes forradas de piel de elefante, el brillo le duró muy poco a la casa y a su dueño: en 1893, la plaga de la filoxera se llevó sus cultivos de viña, lo que, unido a malas inversiones en bolsa, llevó a Domènech a la ruina. Casi cien años después, en 1994, el maestro Jamyang Tashi Dorje Rinponché, natural de Barcelona, compra el Palau Novella para que sea la casa espiritual de la comunidad Sakya Tashi Ling, respetando el patrimonio cultural del edificio y su entorno.

Por tanto, no os imaginéis un monasterio budista de arquitectura nepalí o tibetana. Lo que vais a encontrar es un palacio de estilo modernista y neogótico, con sus materiales y gran parte del mobiliario original, que convive, eso sí, con figuras de budas, fotos del dalai lama o mandalas de arena en vitrinas d cristal, entre otros elementos.  Junto al palacete se mantiene intacta la capilla de la finca, también visitable. De hecho, la fuerza icónica del monasterio budista se encuentra en el exterior, en la estupa de la Salud y la Larga Vida. En el patio interior, junto al restaurante, se levanta otra estupa, más pequeña, la de La Sabiduría.

Nosotros hicimos la visita guiada con Ismael, uno de los docentes del monasterio, que, junto a las explicaciones históricas y patrimoniales del edificio, ofrece una primera aproximación a conceptos claves del budismo como la meditación, el karma, la impermanencia de las cosas o la ecuanimidad.

Ismael remarca que todo el mundo es bienvenido a visitar el monasterio, independientemente de su credo o convicciones religiosas. En este sentido, se trata de un espacio abierto, de posicionamiento laico, a donde venir a realizar una visita guiada, pasear o voltear sus estupas, comer en su restaurante o introducirse o profundizar en los caminos y fundamentos de la meditación con sus aulas formativas y su plan de estudios. Berta, una de las docentes del monasterio resume estas enseñanzas como “talleres de la artesanía de la persona, donde el objetivo es convertirte en mejor persona”.

Información práctica: al monasterio budista del Garraf se puede llegar a pie desde Sitges, en una caminata de aproximadamente dos horas. En coche son unos treinta minutos, ya que la distancia es mayor y la carretera es de curvas. En todo caso, e independientemente del medio de transporte, el destino vale mucho la pena. No hace falta que lo meditéis… ;)