El vino es cultura. Es identidad. Es un placer nada culpable. Y es un motivo para reunirse y compartir. En el caso de Sitges, el vino Malvasía le suma el orgullo de un vino singular, con carácter propio y que supone un legado vivo y dinámico para Sitges. Una muestra de la vitalidad y recorrido de esta variedad de uva es la Semana de la Malvasia, que este año llega a su octava edición. La agenda –como ha de ser en Sitges- es amplia y variada: hay de todo y para todos los públicos, familias incluidas.

El programa incluye más de 20 propuestas, con el vino malvasía como eje impulsor, pero dando espacio y haciendo maridaje con otros productos gastronómicos –los embutidos, por ejemplo-, con la literatura, el mar, el vidrio o los perfumes. Detrás de esta semana está el Centre de Interpretació de la Malvasia (CIM) y el Celler Hospital de Sitges. La coordinadora del CIM, Alba Gràcia, que personifica y lidera la nueva efervescencia de este vino, habla de 3 ejes temáticos: territorial, social y sensorial. “Sí, territorial porque contamos con la implicación de más de 30 bodegas que comercializan Malvasia; social, porque todo el retorno que obtenemos es para nuestra fundación; y sensorial porque hay diferentes propuestas con las que queremos activar el sentido del olfato, el oído, el gusto y el tacto”.

El propio claim o slogan de esta semana dedicada a la Malvasia ilustra esta etapa dorada de este vino singular: La huella del legado. Alba lo argumenta con pasión:  Tenemos un legado vivo, que no para, que avanza y deja su marca; por eso queremos desfosilizar la posible imagen de un vino antiguo o pasado”.

Las degustaciones son sin duda una de las actividades principales de esta Semana de la Malvasia. Y es que se trata de una de las maneras más didácticas y naturales para descubrir o conocer mejor este vino. De hecho, el CIM cuenta con una programación estable de degustaciones bajo el inspirador nombre de Malvasia Power.  Pero hay una cata que llama especialmente la atención: se trata de la apertura de las primeras botellas de Malvasía que se sumergieron, en junio de este año, en el Port d’Aiguadolç para ver cómo envejecían en el fondo marino. Se trata de una degustación experiencial para profesionales, que ilustra también la apuesta por el I+D del CIM.

El programa, como os decíamos, también incluye numerosas propuestas para el público general, muchas de ellas con diferentes sentidos implicados, como por ejemplo luna degustación con música clásica en directo o una cata con taller de perfumes relacionados con el aroma de la Malvasía.

También el programa implica a los más pequeños a través de dos talleres infantiles: uno en la propia sede del CIM y organizada por Museus de Sitges, de ilustración de vasos, y otro en la Biblioteca Roig i Raventós, con un cuento muy especial relacionado con la vendimia. Además, durante esa semana, en muchos restaurantes de Sitges podréis degustar Malvasia de Sitges a copas. Cómo veis, el legado de este vino y su huella se extiende por toda la localidad. Simplemente, dejaros llevar por los sentidos…