El Santuario del Vinyet, patrimonio emocional de Sitges y visita imprescindible
El lugar donde se levanta la actual ermita del Vinyet acogió primero una próspera villa romana, como se ha constatado tras diferentes excavaciones. Y fue tras la caída del imperio romano cuando se levantó la primera iglesia en honor a la virgen del Vinyet. La leyenda –os gustan las leyendas, ¿no?- explica que un esclavo morisco llamado Alí, mientras trabajaba en los viñedos, encontró enterrada la imagen de la virgen. Rápidamente la recogió, la metió en su cesto (era muy pequeña, no más de 40 centímetros), la tapó con un trapo y fue corriendo a la casa de su amo, el Sr. Milà. Cuando este le recibió, Alí le enseñó el contenido del cesto…pero estaba vacío. El pobre esclavo pidió disculpas y volvió a los viñedos. Y allí, en el mismo lugar donde la encontró, seguía la virgen. ‘No puede ser’, pensó Alí, que volvió a meterla en el cesto y volvió a casa de la familia Milà. Volvieron a recibirle…y el cesto se mostró de nuevo vacío. El señor Milà propuso acompañarle hasta el lugar de los hechos…y allí sí, pudo ver con sus ojos a la virgen. Su decisión fue inmediata: construirían un santuario en honor a la Virgen del Vinyet.
La ermita pronto se hizo popular y fue creciendo, también en número de devotos y devotas que se acercaban a venerar a la virgen. La virgen del Vinyet era a la que se encomendaban, por ejemplo, los sitgetanos que se iban a América a intentar hacer fortuna –los conocidos como ‘indianos’ o ‘americanos’. Por eso, si visitáis el santuario, veréis colgados los exvotos (ofrendas) que estos le hacían a su vuelta en forma de maqueta de su embarcación.
El icónico campanario de esta ermita encalada se construyó en 1801. Y la actual imagen de la virgen del Vinyet es obra de Pere Jou, que la reconstruyó en 1939. Jou fue también el escultor principal del Palau Maricel, donde capiteles, puertas y ventanas llevan su firma. En el interior del santuario también destacan los retablos de madera policromados, que preceden el altar donde la virgen se eleva apoyada en ramas de vid y con un mantón que cambia de color según la época del año y la celebración –morado en Semana Santa, blanco cuando hay bodas, por ejemplo.
Explicada la leyenda y los atractivos de la visita, falta el detalle práctico. ¿Cuándo se puede visitar? Pues de lunes a sábado, de 11 a 13 horas, y de 16.30 a 19 horas. Y en los meses de agosto, los sábados el horario vespertino se alarga hasta las 21 horas, pues suelen haber misa previa.
¿Preferís una visita guiada? Buena idea. De nuevo os dejamos en las mejores manos: la de Rosa Julià, que dirige la agencia Agisitges, que también organiza circuitos por la denominada ‘ruta de los americanos’. Rosa remarca el valor sentimental que aún tiene la Virgen del Vinyet para los y las sitgetanas, “que es muy querida en la localidad y que explica que haya tantas chicas y mujeres que se llaman Vinyet, un nombre que no es habitual en otros lugares”.
Si os acercáis al santuario es posible que veáis a Olga, que vive en la ermita, en la vivienda anexa, junto con su hija y sus padres. Lleva 15 años encargándose del mantenimiento del templo. Vino con su marido, que falleció, y siempre tiene una sonrisa lista para cualquier visitante. También la tienen Amalia y Jordi, sus padres, que dan vida a un pequeño huerto donde los tomates huelen a tomate y saben a tomate. Los mimos de ambos son clave para este ‘milagro’… aunque seguro que la virgen también ayuda ;)
04/08/2022
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