Fundació Stämpfli, una joya del arte contemporáneo aún por descubrir
Si os gusta viajar, sabéis que hay lugares que te atrapan. Llegas y al poco notas una emoción continua. Un cosquilleo que se te instala en la nuca. Te sientes bien, te hacen sentir bien…y quieres quedarte. Eso le pasó a Peter Stämpfli, artista suizo que descubrió Sitges de la mano de su mujer, la catalana Anna Maria. Y ese descubrimiento le cambió la vida, a la vez que agitó culturalmente la de Sitges.
Desde el primer momento (hablamos de 1971) Peter Stämpfli se implicó en la sociedad y la cultura local. Y lo hizo de forma muy activa: primero organizando desde 1977 a 1986 las fiestas culturales y populares en la calle d’en Bosc, donde ubicó su residencia. Esta efervescencia cultural cristalizó en 1995 en el Espai Cultural Pere Stämpfli que facilitó e impulsó las investigaciones del Grup d’Estudis Sitgetans, y luego, en el 2009, en la Fundació Stämpfli, que permitió crear uno de los museos de arte contemporáneo más importantes del Mediterráneo. Si no lo conocéis aún, nos dais envidia por el descubrimiento que os espera.
Para lo que no lo habéis visitado, os situamos un poco. Primero, de forma literal: Fundació Stämpfli se ubica en el antiguo Mercat del Peix de Sitges, en la plaza del Ayuntamiento. Su fondo artístico lo componen piezas de artistas contemporáneos de la segunda mitad del siglo XX que, por amistad y complicidad artística con el propio Peter Stämpfli, donaron alguna de sus obras a este fantástico museo. ¿Entramos?
En la entrada es posible que os encontréis con Ana o Susana o ambas. Ellas son quiénes realizan las visitas guiadas, que se pueden concertar en la web de Museus de Sitges. Ana nos reconoce que este museo “es el gran desconocido” de Sitges. “La sombra del modernismo es muy alargada, y por eso mucha gente desconoce que tenemos un museo de arte contemporáneo que incluye obras de artistas que también forman parte de la colección del Centre Pompidou de Paris, del MOMA de Nueva York y de otros grandes centros de arte del mundo”. Lo dicho: os envidiamos por vuestro futuro descubrimiento…
En nuestro caso, la visita guiada la hicimos con Ferran Martínez Sancho, comisario de exposiciones de la Fundación Stämpfli. Un lujo, tanto por lo que sabe como, igual de importante, por cómo lo explica. A modo de introducción previa, Ferran nos pone en contexto: “Lo que podemos ver en este museo es la obra de diferentes artistas que a principios de los años 60 protagonizaron la ruptura total con el expresionismo y el lirismo abstracto; artistas que ampliaron la mirada a partir de objetos cotidianos que les sirvieron para crear un discurso poético nuevo”. Os apetece entrar, ¿a que sí? Venga, empecemos ;)
La Fundación tiene seis salas de exposiciones: la 1, 2 y 3, con obras de diferentes artistas internaciones. Y la A, B y C, con obras del propio Peter Stämpfli. Empezamos, si os parece, con los números y con la sala 1, “la joya de la corona”, según Ferran Martínez. ¿Por qué? “Pues porque aquí encontramos a representantes muy destacados de la ‘figuración narrativa’, movimiento que nació en París en 1964 pero incluyó a artistas de diferentes países”. La entrada a esta sala impresiona, porque justo al principio se ubica un óleo del propio Peter Stämpfli, de tres metros y medio de alto y que nos muestra en detalle el dibujo de un neumático, eje temático principal de su producción. En esta misma sala figuran también obras de Bernard Rancillac, Erró Gudmundur, Jacques Monory o el español Eduardo Arroyo.
Bajamos a la sala 2 de la Fundación Stämpfli, más heterogénea que la 1, donde los óleos de estilo primitivo de Jean-Michel Sanejouand conviven con fotografías como las de Piotr Kowalski y su vista aérea de Nueva York, los negativos rasgados y luego positivados de Peter Knapp o los calcetines de carteles publicitarios reciclados del griego Pavlos.
La sala 3 radicaliza aún más la propuesta, con piezas centradas en el denominado ‘arte cinético’, una corriente artística donde las obras tienen movimiento o parecen tenerlo. Destaca aquí una pieza de uno de sus representantes más destacados, pionero además, el artista griego Takis, una especie de veleta o señalización compuesta por restos de metralla y piezas de antiguos sistemas de telecomunicaciones. También aquí hay sitio para los retos: ¿Es realmente naranja el cuadro del venezolano Carlos Cruz-Diez o es un efecto óptico? ¿A dónde conducen las huellas que pueblan la pequeña obra de Niele Toroni? Pues sí, tendréis que venir para resolver ese dilema…
Pasamos ahora a las salas dedicadas a Peter Stämpfli, y que se ubican en el edificio anexo. Importante seguir el orden alfabético, empezar por la A, seguir por la B y acabar en la C. Hacerlo así permite visualizar de forma muy evidente la evolución de su obra, que partiendo de objetos y gestos: un volante, el color de un pintalabios, la primera taza de café del día o un tomate, se centró después en la fuerza lírica y artística de los patrones geométricos de los dibujos de los neumáticos. En la sala B, hay dos piezas monumentales de dos neumáticos -una de más de cinco metros de largo, y en la sala C vemos como, siguiendo con este elemento, el gris deja sitio al color para ilustrar y el todo deja sitio al detalle, con una geometría más viva e incluso tridimensional.
Y hasta aquí nuestra visita. Ya nos explicaréis qué tal la vuestra. Recordad: horarios y visitas guiadas, en la web de Museus de Sitges. Mucha envidia, sí, por lo que os espera ;)
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