Turismo Sitges

De Sitges hasta la ermita de la Trinitat, senderismo familiar y multicolor

Hoy os proponemos echar a andar y descubrir una pequeña joya aún muy desconocida para muchos visitantes: la ermita de la Trinitat. Ubicada en pleno Parc del Garraf, con el mar de fondo y enlucida en blanco y con detalles modernistas, esta ermita es el perfecto regalo para una de las mejores rutas de senderismo familiar que se pueden hacer en Sitges.

Caminantes, antes de empezar (que os vemos ya muy motivados), información práctica: hay dos rutas para llegar caminando a la ermita de la Trinitat. Una desde la urbanización La Llevantina, con ‘salida’ desde el denominado mirador de Sitges, situado en la parte más alta de la zona, y que sigue el GR92 (‘Camí de les Costes’). Y otra, la que hoy os detallamos, con inicio en el polígono Mas Alba de Sitges, desde donde sale una pista que ya podemos hacer a pie o bien (si vamos con niños pequeños) recorrer una parte en coche hasta la entrada del Parc del Garraf o, un poco más adelante, en la zona conocida como de ‘Els caçadors’, donde también se puede estacionar el coche. Esta segunda ruta, que también conecta con el GR92, es más llana, y aunque perdemos vistas del mar en el primer tramo, es perfectamente asequible para hacer con niños de todas las edades. Duración prevista: 3 horas, ida y vuelta (son cerca de 7 kilómetros). Y recordad: agua, gorra (sobre todo en primavera y verano) y alegría (recordad, estamos en Sitges). Y si lleváis comida (recomendable, claro), por favor no  le deis nada a los animales y traeros de vuelta la posible basura que generéis en el camino.

 

En macha pues. La ruta está señalizada, si bien al inicio del tramo hay dos bifurcaciones en las que debemos seguir recto (la primera) y subir por la izquierda (la segunda). Luego el camino ya no tiene pérdida y además cuenta con postes indicativos. También el móvil nos puede ayudar gracias a dos aplicaciones muy recomendables: Wikiloc e Itinerarios Diba.

 

El sendero es verde en su primer tramo, con una pista peatonal bien conservada con pinos y encinas a lado y lado que garantizan sombra y salpicada de ‘margallons’, planta emblemática del Parc del Garraf y que se conoce también como palmera enana (aunque ya veréis que a veces no es tan pequeña).  Poco a poco, conforme vamos ganando altura, el azul del mar empieza a colarse a nuestra derecha por la telaraña verde y marrón que forman las ramas del camino. En el tramo final, a la izquierda, una cementera le pone gris al pantone infinito de verdes del Parc del Garraf. Por suerte, el mar todo lo puede, por lo que os recomendamos ampliar el ángulo hacia el mediterráneo y divisar en formato panorámico la playa de Vallcarca, el Puerto Náutico de Garraf y Port Ginesta, en la zona de Les Botigues.

 

Volvemos la vista al frente porque, una hora y cuarto después de iniciar la ruta (ojo, cálculo estimado con una expedición familiar de dos adultos y dos niños de 5 y 10 años), llegamos a la Punta de la Ferrosa, donde, coronándola, encontramos la ermita de la Trinitat. Se trata de una ermita antigua, de la que se tiene constancia documental desde 1375. De arquitectura popular y protegida como un Bien de Interés Local, el entorno la hace única. De hecho, es como los niños (y muchos adultos) dibujarían una iglesia: en lo alto de una montaña, pequeña, blanca y con vistas al mar. Y para completar el espectáculo, la fachada de la entrada está revestida de piedra y arcos, muy orgánica y muy modernista. Mucho.

 

Las vistas aquí son de 360 grados y pasan del verde al azul con una sorprendente naturalidad, invitan a reponer fuerzas, ya sea comiendo lo que hemos traído o simplemente inspirando hondo. Es lo bueno de esta ruta hasta la ermita de la Trinitat: la ida la haces contento. Y la vuelta, feliz.

 

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