Inspirada en la icónica gran cantante y activista social muerta, Fela Kuti, 'Suffering and Smiling', una referencia a la conmovedora canción de Fela del mismo título, habla del sufrimiento y la resistencia de los africanos que viven en las duras condiciones postcoloniales después de la promesa rota de prosperidad e independencia. A pesar del malestar económico, la enorme disparidad en riqueza, empleo y oportunidades, y la falta general de orden y estructura sistémicos, los ciudadanos medios de estas naciones africanas todavía se esfuerzan por tener éxito, por cualquier medio necesario, y lo hacen con una sonrisa, humildad y talento.

Matthew Eguavoen cuestiona los efectos duraderos de la esclavitud mental y física en el ciudadano nigeriano común, que, a pesar de vivir en una nación libre y soberana, aún vive sus vidas como si fueran esclavos en una plantación norteamericana del siglo XVIII, inclinando sin dudarse ante los poderes fácticos. Con su trabajo Eguavoen traduce ese desequilibrio social, en retratos vibrantes y con fuerza.

Ésta es una referencia directa a lo que el artista cree que es la falta de un estado funcional, donde el poder económico y la riqueza son desviados por la élite política y empresarial, y las oportunidades y los trabajos significativos para el ciudadano común son escasos, lo que resulta que la nigeriana media se esfuerce por escapar de Nigeria hacia el oeste en busca de oportunidades, o tener que conformarse en la miseria y sacar lo mejor de su situación.

Sus retratos, inquietantemente bellos y sorprendentes, desmienten un dolor más profundo y un grito inaudible de ayuda, al que aluden las miradas persistentes de sus musas. Hay una tristeza inconfundible en los ojos de todos sus súbditos, a pesar de sus poses seguras y estoicas y su atuendo vibrante, que muestra esta yuxtaposición de estas dos ideas de presentar una muestra de confianza y fuerza externamente, pero internamente lidiando con batallas que sólo el sujeto sabe y sufre en silencio.

Sin embargo, Matthew sostiene que sus súbditos permanecen desafiantes frente a su opresión y, pese a las probabilidades en su contra, todavía no han sido derrotados ni se han resignado a un destino de miseria y lástima; su resiliencia y determinación son firmes. Al igual que los sujetos de sus retratos, el propio artista vive y trabaja en Lagos, Nigeria, y está decidido a convertirse en un éxito en sus propios términos en su país, y no tener que partir hacia el oeste, en busca oportunidades. Para él, "la hierba es más verde de ese lado", una proclamación y una filosofía audaces y patrióticas que cada vez más promueven y adoptan en masa una generación de africanos continentales decididos a ser el cambio que desean ver, y darse cuenta del verdadero potencial y la riqueza. de sus respectivas naciones, por sí mismos.

La misma historia es cierta en el vecino Camerún, donde Daniel Onguene vive y trabaja, con los problemas socioeconómicos del país no sólo plagados por la mala gestión económica y la corrupción habituales, sino exacerbados por la tensión social, la división y la violencia entre anglófonos y francófonos. Camerún, una reliquia perdurable del impacto de la influencia y el control de la nación francesa y británica.

Los retratos audaces y duros de Daniel Onguene son una representación sin disculpas y una referencia a lo que el artista ve como la terrible situación de las condiciones socioeconómicas de su Camerún natal. Caótico en el mejor de los casos y apocalíptico en el peor, los grises lúgubres y la paleta melancólica y apagada de los fondos de sus piezas hablan directamente de una situación sombría de violencia, conflicto, decadencia urbana y languidez, que ha sido provocada por la histórica división social. la mala gestión económica, la corrupción y la falta de empatía por los trabajadores, lo que hace que el sector informal o la economía sumergida se convierta en el principal epicentro del comercio y el comercio.

Y, sin embargo, sin embargo, el punto más obvio en el trabajo de Onguene es que sus sujetos todavía se las arreglan y, en algunos casos, posiblemente incluso prosperan, en estas circunstancias.

El estallido de bienvenida de colores cálidos y vibrantes, y en algunos retratos, las sonrisas de sus sujetos, es indicativo de un optimismo, coraje y esperanza que ofrece una narrativa contraria prometedora en el estado actual de agitación y declive. El artista deja en claro que venera y respeta a sus musas por su tenacidad y capacidad para no sucumbir a la desesperación y la ansiedad, y después de una esmerada inspección y reflexión, sus modelos podrían verse no sólo como a supervivientes, sino como héroes cotidianos y corrientes.

Tanto Matthew como Daniel, mientras ilustran los problemas reales que afligen a sus respectivas naciones en sus formas únicas y conmovedoras de expresión artística; están unidos en su visión de un África funcional y próspera, y mantienen la esperanza y la expectativa de que se producirá un cambio positivo, más temprano que tarde.